¿Qué es la Soka Gakkai?

La Soka Gakkai ("Sociedad para la Creación de Valor" o "Sociedad de Creación de Valor") es la organización más grande e influyente del budismo de Nichiren en el mundo actual.

La Soka Gakkai se origino en 1930 en Japón como un movimiento educativo budista laico que respetaba la dignidad de los niños y defendía su derecho a una educación que les sirviera como individuos, en lugar de simplemente como servidores del estado. Su fundador, Tsunesaburo Makiguchi, fue arrestado durante la Segunda Guerra Mundial por oponerse al régimen militar japonés y murió en prisión como resultado de desnutrición y duros interrogatorios.

Mientras estudiaba el Sutra del loto en prisión, el discípulo de Makiguchi, Josei Toda, experimentó una experiencia de conversión radical, después de lo cual reinterpretó las enseñanzas del budismo de Nichiren para adaptarlas a las necesidades de la gente moderna. La Soka Gakkai creció rápidamente bajo su liderazgo después de la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose rápidamente en el movimiento budista laico más grande de Japón. La sociedad mantuvo su interés en la educación pero rápidamente expandió su misión para incluir la defensa de los derechos de los pobres, los enfermos y los marginados y, lo que es más significativo, oponerse a la proliferación de armas nucleares.

Daisaku Ikeda asumió el liderazgo de la Soka Gakkai después de la muerte de Toda en 1958. Honrando los deseos finales de su mentor de que difundiera las enseñanzas del budismo de Nichiren en todo el mundo, Ikeda fundó la Soka Gakkai International (SGI) en 1960. Desde entonces, el movimiento ha desarrolló una fuerte identidad secular que le ha permitido extenderse fácilmente fuera de Japón. Con unos 12 millones de miembros en 192 países y territorios, la SGI es el movimiento budista laico más grande del mundo. En algunos países occidentales, Brasil e Italia, por ejemplo, es la forma predominante de práctica budista.

La esencia del budismo yace en que cada persona se desarrolle mediante su propia determinación y esfuerzo tenaz, sin depender de ningún ser superior o externo. Al mismo tiempo, tampoco ha de confundirse con la arrogancia de pensar que uno tiene el patrimonio exclusivo de la verdad o que merece más respeto que los demás. Creer en nuestro enorme potencial innato significa, al mismo tiempo, creer en el potencial ilimitado de todas las personas. El budismo enseña que debemos valorar la vida del otro con el mismo respeto que nos concedemos a nosotros mismos.
— Daisaku Ikeda